MÓSTAR (BOSNIA-HERZEGOVINA)
Reconozco que esta primera recomendación tiene un significado especial para mí. Y es que, tras la Guerra de Bosnia, mi hermana mayor fue enviada allí junto con otros guardias civiles a ayudar en las labores de reconstrucción y, a pesar de la devastación, en sus cartas me hablaba de la belleza que se adivinaba. Han pasado los años y hoy en día se puede disfrutar del ambiente medieval del casco histórico recuperado gracias a la ayuda internacional, y que fue declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la Unesco.
El símbolo e imagen de la ciudad es el famoso Puente Viejo (Stari Most) que le da nombre y que comunica las dos orillas del Río Neretva a lo largo de las cuales se encuentra el centro histórico o Stari Grad. Perderse por sus calles es un auténtico placer.
Otros emplazamientos de interés son la Mezquita Koski Mehmed Pasa, el Gran Bazar Kujundziluk, el Mercado de Tepa, el hamán de época otomana, las pintorescas villas de Blagaj y Počitelj, o la Catarata Kravica.
También son interesantes los yacimientos arqueológicos de Mogorjelo, Stolac (ambos de época romana) y Daorson (de origen griego).
ORSZÁGOS KÉKTÚRA (HUNGRÍA)
El “Camino Nacional Azul” es una ruta perfectamente delimitada que atraviesa el norte del país a lo largo de más de 1.100 kilómetros, y que recorre castillos, fortalezas, miradores, el Lago Balaton, el Río Danubio, los volcanes extintos de Tapolca, y tres emplazamientos que son “Patrimonio de la Humanidad”: Budapest (en realidad, una magnífica vista de la ciudad desde una colina cercana por la que pasa la ruta), la villa de Hollókő y las Grutas kársticas de Aggtelek.
Creado en 1938 – de hecho, es la primera senda de larga distancia delimitada en Europa -, su nombre proviene de su marcación, una franja azul entre dos franjas blancas. De modo similar a la Compostela en el Camino de Santiago, esta ruta cuenta con su propio “pasaporte” que debe ser sellado a lo largo de los 147 puntos de control existentes.
Algunos de los puntos de interés que encontrarás en el camino son Kőszeg, Sárvár, Sümeg, Nagyvázsony, Zirc, la Garganta de Pilis, Visegrád o Sirok, entre otros.
TELČ (REPÚBLICA CHECA)
Fundada en el siglo XIII en un emplazamiento habitado desde época romana – como atestigua la llamada Torre del Espíritu Santo -, esta pequeña localidad de poco más de 5.000 habitantes en la región checa de Moravia cuenta con un casco histórico declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la Unesco.
En sus orígenes no fue más que un fuerte en una encrucijada de varias rutas comerciales, que con el paso del tiempo se transformó en un castillo gótico primero, y más tarde en un Palacio Renacentista que ha llegado hasta nuestros días, y que es el principal atractivo de Telč. Pero ni mucho menos el único.
No debemos perdernos la Playa Mayor, enmarcada por bellísimas casas porticadas de estilo renacentista y barroco, y la Iglesia de San Jaime. Pero sin duda lo mejor es perderse por sus calles y dejarse sorprender por la vida pausada de sus lugareños.
BIAŁOWIEŻA (POLONIA)
Con apenas 2.000 habitantes, esta villa polaca situada en la frontera con Bielorrusia sufrió los embates de las dos grandes guerras, y estuvo bajo dominio alemán y soviético. Sin embargo, su interés radica en el Parque Nacional que le da nombre, y que es tanto “Patrimonio de la Humanidad” como “Reserva Mundial de la Biosfera” por la Unesco.
El Parque Nacional de Białowieża es uno de los últimos bosques vírgenes de Europa, además del más antiguo. Ocupa 150.000 hectáreas entre Polonia y Bielorrusia. Desde el siglo XV fue un coto de caza que frecuentaban los reyes polacos, y también los Zares de Rusia acudían a él con la misma finalidad, siendo el bisonte europeo la pieza más cotizada.
Aquí encontramos lobos, linces, castores, alces, ciervos, zorros, corzos, jabalíes, y un largo etcétera. Entre las numerosas especies arbóreas destacan los robles, con algunos ejemplares centenarios que reciben curiosos nombres como “el Gran Mamamuszi”, “el Rey de Nieznanowo”, “el Guardián de Zwierzyniec”, “el Zar” o “el Patriarca”, entre otros.
Muchas de las escenas de la película “Defiance”, protagonizada por Daniel Craig, fueron rodadas aquí.
PARMA (ITALIA)
La capital de la provincia del mismo nombre, en la región de Emilia-Romaña, es mundialmente conocida por dos de sus productos: el queso parmesano y el jamón de Parma – que me perdonen los lectores italianos, pero donde esté un buen queso manchego (o cualquiera de los de aquí) y un jamón ibérico… -. Sin embargo, Parma tiene mucho que ofrecer. Habiendo sido capital del histórico Ducado de Parma, su patrimonio arquitectónico es fiel reflejo de su rico e histórico pasado. Y todo ello rodeado por bellos bosques en los que perderse y disfrutar de la naturaleza.
El monumento más importante es la Catedral, de estilo románico. Su cúpula nos ofrece un magnífico fresco que representa la Asunción de la Virgen, obra del Maestro Corregio. Como es habitual en muchos de los duomos italianos, el Baptisterio se encuentra separado, y en este caso ofrece un estilo a caballo entre el románico y el gótico.
Otros edificios religiosos de interés son el Palacio del Obispo (siglo XI) y la Basílica de Santa María de Steccata (siglo XVI), entre otros muchos.
También hay numerosos edificios civiles que captarán tu atención, como el Palazzo del Governatore y el Hospital Viejo (ambos del siglo XIII), el Palacio Ducal (siglo XVI), el Palazzo del Comune (Ayuntamiento del siglo XVII), y el Teatro Regio – una de las óperas más importantes del país -.
El Palazzo della Pilotta (siglo XVI) está íntimamente relacionado con nuestro país, y es que recibe ese nombre por el juego de pelota que practicaban los soldados españoles destacados en Parma durante el reinado de Carlos III. Además del Teatro Farnesio, este complejo palaciego alberga hoy en día la Academia de Bellas Artes, el Museo Arqueológico, el Museo Bodoni y la Biblioteca Palatina.
Pues ya sabes, si quieres huir de destinos masificados, aquí tienes unas cuantas propuestas que seguro no te defraudarán.
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Tuve la oportunidad de estar en parma italia, y las personas son muy amables con los turistas, su comida es excelentes y las noches ni que decir, no hay momento para descansar en esa ciudad.
¡Hola, Mariela!
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Abel