Vale, sabemos que eso de jugar con la comida no está nada bien, pero es que no es algo exclusivo de Buñol. Muchos otros lugares se han apuntado a esto de “la Tomatina”, y hoy en día se celebran fiestas en localidades de países tan dispares como Argentina, Costa Rica, Colombia y Chile, pero también en China y en Corea.
Sin embargo, hay otras “batallas” que utilizan alimentos como munición, como las que te contamos a continuación.
El Cipotegato de Tarazona, Zaragoza
Para muchos, la “Tomatada” de las Fiestas de Cipotegato en la localidad zaragozana de Tarazona, que se celebra el 27 de Agosto, es la antecesora en la que se basó la Tomatina de Buñol.
Pero todo parece indicar que, como en tantas otras ocasiones, el “alumno” aventajó al “maestro”, y hoy tiene más fama internacional la batalla valenciana que la aragonesa.
La Festa des Vermar de Binissalem, Mallorca y la Batalla del vino de Haro, La Rioja
El fin de la vendimia siempre ha sido un motivo de fiesta, y en algunos pueblos vitivinícolas lo celebran con una batalla a uvazo limpio, como en la localidad mallorquina de Binissalem a mediados de Septiembre, llamada la “Gran Batalla de Raïm” (uvas). Una vez concluida la misma, todos los participantes se unen al resto de vecinos para cenar una gran fideuá que se prepara en la Plaza de la Iglesia.
También se celebran batallas de uvas en Pobla del Duc, Valencia.
En la riojana Haro, sin embargo, lo que se lanza es vino en la mañana del 29 de Junio (festividad de San Pedro). Miles y miles de litros para tornar morada la obligatoria indumentaria blanca de los “contendientes”. La Batalla del vino de Haro está considerada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
La Battaglia delle Arance (Batalla de las naranjas) de Ivrea (Italia)
En la Tomatina de Buñol se deben espachurrar los tomates para que no hagan daño. No sabemos muy bien qué harán en la localidad italiana de Ivrea para que las naranjas que se lanzan unos a otros los 9 equipos combatientes no les rompan la cabeza.
Ivrea, ciudad italiana en el Piamonte, celebra este original carnaval en Febrero. El origen de esta fiesta es incierto, pero se dice que rememora la decapitación de un tirano que trató de violar a una joven local o que recrea la histórica revolución popular contra los franceses durante la Edad Media.
Els Enfarinats de Ibi, Alicante
Cada 28 de Diciembre, esta población alicantina celebra el Día de los Santos Inocentes con una curiosa batalla campal en la que se lanzan kilos de harina y huevos, en la que un bando trata de arrebatar el poder al bando que lo ostenta.
Algo parecido ocurre en la localidad griega de Galaxidi, cuando el Lunes de Purificación (el 1er día de la Pascua Ortodoxa) se celebra la Alevromoutzouroma o batalla de harina de colores.
Batallas muy dulces
A veces, la munición de estas batallas campales es de lo más dulce.
Por ejemplo, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), una Guerra de Merengues supone el inicio de las fiestas de Carnaval de la localidad. Lo mismo pasa en San Sebastián, pero durante su Semana Grande (Agosto).
A tartazo limpio se lían en el pequeño pueblo inglés de Coxheath en el mes de Mayo. Con categoría de “campeonato mundial”, no sólo se puntúa dónde se impacta en el adversario, sino el estilo de lanzamiento. Dentro de nada, lo vemos en las Olimpiadas.
En Manitou Springs (Colorado), lo que se lanzan son pasteles de frutas, ya que alguien consideró que no están lo suficientemente buenos. Y para ello no dudan en utilizar desde gigantescos tirachinas hasta catapultas.
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