El Palacio de Gaudí, la obra incompleta que el artista catalán dejó en Astorga

Palacio de GaudíEl legado que ha dejado Gaudí en España es muy amplio, pero es cierto que la ciudad de Barcelona se lleva el premio gordo con monumentos como la Sagrada Familia, el Parque Güell o la Casa Batlló. Fuera de Cataluña es complicado encontrar piezas arquitectónicas de este artista, ¡pero no imposible! Astorga es una de esas localidades que goza de tener entre sus atractivos turísticos una de sus obras: el Palacio de Gaudí.

La construcción del palacio

Palacio de Gaudí, Astorga

Palacio de Gaudí, Astorga

Este palacio episcopal fue en 1886 la residencia del Obispo Juan Bautista Grau y Vallespinós, quien tomó posesión de la diócesis de Astorga. En diciembre de ese mismo año sufrió un incendio que lo redujo a cenizas, por lo que este obispo, nacido en Reus, le ofrece a su paisano Antoni Gaudí la posibilidad de diseñar y levantar un palacio nuevo.

El célebre arquitecto aceptó el proyecto, así que automáticamente el Ministerio dio el visto bueno y en junio de 1889 se colocó la primera piedra del nuevo edificio con el objetivo de tenerlo terminado en 1894, pero la historia cambió radicalmente cuando el obispo Grau falleció en 1893. A partir de ese momento comienzan las disputas entre el cabildo de Astorga y Gaudí, lo que provocó que este dimitiera dejando la reconstrucción paralizada durante mucho tiempo. Es ya en 1905 cuando el nuevo obispo Julián de Diego y Alcolea intenta convencer a Antoni de volver a Astorga para retomar el proyecto, pero la respuesta negativa del genio hizo que el arquitecto Ricardo García-Guereta fuera quien terminase la obra en el año 1913.

Finalmente, en 1964 se abre al público como Museo de los Caminos, dejando así de lado su función originaria de servir como residencia al obispado de Astorga.

El exterior del palacio

Exterior del Palacio Gaudí

Exterior del Palacio Gaudí

Se trata de un enorme palacio modernista de estilo neogótico que tiene forma de castillo y de mansión señorial al mismo tiempo. Está compuesto por 4 fachadas separadas por 4 torreones que a su vez están rodeados por un foso, el cual se construyó con el objetivo de que al sótano le llegase luz natural. Se levantó sobre una planta de cruz griega con granito de El Bierzo, cuya cubierta iba a ser rematada por los 3 ángeles que actualmente visten el jardín del complejo, pero el nuevo arquitecto, encargado de acabar la última planta y el techo, desconocía cuál iba a ser su posición y por eso decidió dejarlos a modo de estatuillas en la parte exterior.

El proyecto finalizó de una forma poco gaudiniana, por eso en las primeras plantas se aprecia la manera en la que Antoni entendía el estilo neogótico y en su parte superior la arquitectura cambia ligeramente.

El interior del palacio

La mayor sorpresa llega cuando después de haber observado con calma lo que aparentemente es un castillo, entras al interior y te encuentras con un edificio de 4 plantas con aspecto de iglesia, ¡todo un trampantojo!

El sótano es un espacio totalmente abierto que teóricamente iba a cumplir la función de bodega, museo y archivo diocesano, pero su papel final fue convertirse en una cripta compuesta de piezas lapidarias y numismáticas que hoy forman parte del Museo Lapidario fundado en 1912, que a su vez pertenece al Museo de los Caminos desde su inauguración en 1964. Gaudí dotó a esta planta de ventanas góticas para que la luz natural entrase por ellas haciendo que todas las columnas irregulares y, los arcos y bóvedas de ladrillo de este salón fueran iluminados.

Vidrieras del Palacio Gaudí

Vidrieras del Palacio Gaudí

La planta baja se construyó un año después de haber terminado el sótano, en 1890, y se caracteriza por ser una sala diáfana muy iluminada gracias a las vidrieras que recubren los arcos ojivales, aunque su aspecto más sobresaliente es el triple arco abocinado de la entrada.

La siguiente planta se hizo con el propósito de ser la residencia del obispo Grau, un conjunto de dependencias dispuestas alrededor de un vestíbulo central que nunca cumplieron con esa función. El Salón del Trono, la capilla, el despacho y el Comedor de Gala son algunas de las habitaciones que pueden visitarse en esta planta, en cuya creación participaron otros artistas importantes aparte de Gaudí, como, por ejemplo, el escultor Enrique Marín Higuero, el pintor Fernando de Villodas o el arquitecto Ricardo García-Guereta, entre otros.

El segundo y último piso fue construido íntegramente por el arquitecto Ricardo García-Guereta entre 1907 y 1915 de forma sencilla para contrastar con el resto de las plantas del palacio. Actualmente en ella tienen lugar eventos culturales y exposiciones temporales.

Astorga

Astorga

Astorga

Asturica Augusta fue una de las ciudades más importantes de la Península durante la presencia del Imperio romano, haciendo que la disposición urbana de Roma quedase establecida aquí con un buen sistema de cloacas, un foso, unas termas o un templo dedicado al emperador como es en este caso Aedes Augusti. La muralla romana, con una extensión aproximada de 2 kilómetros, se levantó para defender la urbe de los ataques de pueblos bárbaros y hoy en día refugia en su interior a otros monumentos como el Palacio de Gaudí o la Catedral de Santa María.

La Plaza Mayor pertenece al foro romano y es el típico lugar donde locales y turistas disfrutan de la mayor vida social de Astorga, pero el Museo del Chocolate es uno de esos lugares que merecen una visita obligada, y es que esta localidad leonesa tiene una gran tradición chocolatera desde el siglo XVIII.

Astorga tiene un patrimonio y una gastronomía que le han hecho triunfar como destino turístico, además de ser considerado un cruce de caminos y un punto de encuentro para viandantes que recorren el Camino de Santiago y la Vía de la Plata.

 

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