Cuando se trata de organizar algo grande alrededor del fuego, nadie mejor que los valencianos y sus fallas, de eso no hay duda. Sin embargo, en otros lugares del mundo tienen su particular “versión” de nuestra popular fiesta. ¿Quieres saber dónde? Pues sigue leyendo porque a continuación te contamos cómo son 6 de estas celebraciones.
Burning Man Festival
Durante 7 días a finales de Agosto y principios de Septiembre, miles de personas llegadas de todo el mundo, generalmente en caravanas, se juntan en Black Rock City, una efímera “ciudad” que se construye cada año en mitad del desierto de Nevada únicamente para vivir el que pasa por ser el festival más creativo y extravagante del mundo. En su última edición congregó a más de 70.000 personas, que pagaron 450 dólares cada uno en muy poco tiempo (es uno de los eventos que más rápido vende sus entradas).
La razón de ser de este festival es que cada cual exprese libremente sus inquietudes artísticas, lo que hace que durante el mismo se pueda ver casi cualquier cosa. Vamos, un auténtico filón para los amantes de la fotografía. Además, se rige por 10 estrictos principios, entre los que destacan el de “regalar” (se practica el trueque) y el llamado “leave no trace” (no dejar rastro). Y es que, una vez concluido, Black Rock City se desmonta y el desierto se queda como si jamás nadie hubiera estado allí.
A estas alturas, seguramente te estés preguntando que qué tiene que ver esto con las Fallas valencianas. Pues es muy sencillo. La noche del sábado se quema una gigantesca escultura de madera que representa a un hombre, acompañado de fuegos artificiales y explosiones. En contraposición al ruido y bullicio de este momento, la noche del domingo se quema es una estructura de madera, a modo de templo, en la que durante la semana se han dejado notas o fotos. La ceremonia, que se realiza en absoluto silencio como muestra de respeto hacia los fallecidos, tiene cierto aire de purificación o renovación espiritual, es el llamado Burning Man Festival.
Up Helly Aa Fire Festival
En las Islas Shetland (Escocia), el final de la Navidad se celebra con distintos festivales en los que el fuego es el protagonista. El más importante de ellos es el que tiene lugar en Lerwick, la capital del archipiélago. Aquí, hasta un millar de hombres, agrupados en escuadrones (cada uno disfrazado con un determinado tema), desfilan al anochecer con antorchas por las calles de la ciudad, guiados por un líder que recibe el nombre de “Jarl”, y acompañando a una réplica de una galera vikinga construida para la ocasión. Llegados a un determinado punto, todos los participantes rodean la galera y cantan una canción tradicional llamada “Up Helly AA”, de la que recibe el nombre el festival. Una vez concluido el cántico, las antorchas son lanzadas a la galera para que ésta arda en llamas.
Cuando ya sólo quedan rescoldos, la comitiva canta el “The Norseman’s Home” y los escuadrones comienzan entonces un peregrinaje por la ciudad, visitando todas y cada una de las casetas en las que, a cambio de comida y bebida, deben bailar con los allí presentes. Teniendo en cuenta la cantidad de casetas y espacios habilitados con este propósito, no es de extrañar que la fiesta se prolongue hasta bien entrado el día siguiente, que recibe el nombre de “Hop night”.
Rouketopólemos o Guerra de cohetes
En el pueblo de Vrontados, en la isla griega de Chios, la “rivalidad” de los feligreses de dos parroquias vecinas – San Marcos y PanaguiaEreithani – se dirime de una curiosa forma durante la Pascua. Desde cada una de ellas, situadas en sendas colinas a unos 400 metros de altura, se lanzan hasta 25.000 cohetes caseros, con el propósito de golpear el campanario y edificio de la iglesia rival. Al día siguiente, se cuentan los impactos, pero como ninguno de los dos “equipos rivales” reconoce la victoria del contrario, se emplazan al año siguiente para desempatar, y así mantener viva esta tradición.
Hay vecinos que se quejan del ruido y el olor a pólvora, pero tiendo en cuenta que, originalmente, la contienda era a cañonazos, lo de hoy en día parece casi un juego de niños.
Esta celebración es tan particular, que hasta la BBC habló sobre ella. Puedes leerlo aquí (en inglés). Y puedes ver imágenes aquí.
La Plata (Argentina), Putignano (Italia) y Pasto (Colombia)
Tres lugares dispares que comparten algo en común. ¿El qué? Pues unas tradiciones que nos recuerdan a las Fallas de Valencia.
En La Plata, el 31 de Diciembre se queman grandes muñecos que representan las cosas malas acontecidas en el año que ese día termina. Como en las Fallas, son agrupaciones vecinales los que las “plantan” por los barrios de la ciudad, y también como aquéllas se acompañan de fuegos artificiales.
En Putignano, sin embargo, la quema de unos carros muy elaborados por artistas especializados que trabajan todo el año para tenerlos listos (¿te suena?) se realiza en Carnaval. Pero hay que aclarar que no es un carnaval al uso, porque empieza en San Esteban (26 de Diciembre) y acaba con la Cuaresma. Además, se viene celebrando desde 1394 sin interrupción, cuando comenzó el traslado de las reliquias del citado santo desde Monopoli a Putignano, procesión que, con los años, derivó en la fiesta carnavalesca.
En Pasto la celebración también tiene lugar en Carnaval (que se celebra durante una semana justo después de Año Nuevo) y, al igual que en Putignano, se queman unas carrozas elaboradas por artistas especializados.
¿Conoces alguna otra fiesta internacional que te recuerde a alguna de las nuestras? Cuéntanoslo aquí: