Alcalá de Henares con sabor cervantino

La famosa Calle Mayor, concretamente el nº48, cobija la vivienda donde Miguel de Cervantes Saavedra nació el 29 de septiembre de 1547 y pasó sus primeros años en familia.

En 1956 esta casa se convirtió en un museo y biblioteca cervantina que surge de la reconstrucción del emplazamiento original situado en la contigua Calle Imagen nº2.

Gracias al recorrido que discurre por las estancias de este hogar se puede respirar el ambiente típico de los siglos XVI y XVII, dos plantas ubicadas en torno a un patio central que intentan recrear las costumbres y la vida cotidiana de la época. La planta baja muestra las habitaciones en las que se desarrollaba la vida social de la familia y donde eran recibidos los amigos y pacientes de Rodrigo de Cervantes para ejercer su puesto de antiguo cirujano. Sin embargo, la planta superior se destinó a la vida privada de los Cervantes Saavedra, que alberga dormitorios y dos salas de exposiciones donde se puede observar una amplia colección bibliográfica cervantina en varios idiomas y procedente de varias épocas. Algunos de los elementos más representativos de este museo son el pozo, la escalera y el estrado de las damas, donde las señoras pasaban sus ratos libres charlando, leyendo o rezando.

Justo delante de la vivienda se encuentra un auténtico símbolo de Alcalá de Henares, un banco con las esculturas de don Quijote y Sancho Panza realizadas en bronce y a tamaño natural, donde la gente se fotografía sin parar. 

Continuamos con la antigua Parroquia de Santa María, más conocida como la Capilla del Oidor, que bajo un arco de yesería mudéjar alberga la pila bautismal de este aclamado escritor. Bueno, en realidad esta no es la verdadera pila en la que se acristianó a Miguel, la cual fue víctima de saqueos, sino que se trata de una nueva que se restauró con pedazos de la auténtica. ¿Serías capaz de reconocer las piezas originales? Te invito a que te detengas, observes y analices con atención cada uno de sus trazados.

La capilla también vivió una remodelación tras un incendio que sufrió en 1936, del que solo quedó su aislada torre, recuperada como mirador para ofrecer unas excelentes vistas de la ciudad.

Justo al lado de la casa natal de Cervantes está el Hospital de Antezana, en el que ejerció el padre del autor, Rodrigo de Cervantes, como cirujano. El oficio de cirujano no era lo que se entiende hoy en día como tal, sino una labor similar a la que puede ejercer un enfermero.

Dicho hospital se fundó en 1483 por don Luis de Antezana y doña Isabel de Guzmán para curar a los enfermos, pobres y peregrinos que pasaban por Alcalá. En la actualidad ya no funciona como hospital, pero sí como centro geriátrico, por lo que puede decirse que su funcionalidad social y asistencial sigue en marcha.

Es fácil de reconocer porque es la única construcción de la Calle Mayor que no está cubierta por soportales y porque cuenta con una fachada con formas neogóticas.

La Plaza de Cervantes es el corazón de Alcalá de Henares, el centro neurálgico de la ciudad por el que todo el mundo pasea. Cientos de jóvenes, familias y ancianos de todas partes del mundo cruzan por ella día a día para moverse de un lado a otro de su casco histórico.

En el medio está la estatua de bronce de Miguel de Cervantes, un regalo que esta localidad le hace a su inolvidable hijo y que sirve como punto de encuentro para sus vecinos y visitantes. Es un lugar acogedor donde la gente conversa alegremente, disfruta de algún que otro helado y da la bienvenida a las fiestas importantes.

A su alrededor puedes visitar edificios importantes como el ayuntamiento o el Corral de Comedias, uno de los grandes teatros de Alcalá.

En su camino hacia la Plaza Cervantes, el nº11 de la Calle Libreros vio nacer a la primera obra literaria de Miguel de Cervantes: Primera parte de La Galatea, dividida en seis libros. 

Allá por 1585 se publicó esta novela pastoril, que lamentablemente no alcanzó el reconocimiento esperado y por ello mismo nunca se escribió la segunda parte. Aun así, siempre se recordará la imprenta de Juan Gracián de la Calle Libreros, elegida por el mismísimo autor para editar el texto de La Galatea, una obra que abrió el camino del éxito al eterno Cervantes.

Esta calle que obtuvo su nombre por el tipo de negocios que habitaban en ella durante la época de publicación del libro y que todavía conserva su carácter comercial, es una de las más transitadas del centro histórico de Alcalá de Henares.

Situado también en el centro histórico de Alcalá de Henares el Monasterio de San Bernardo, más conocido como Las Bernardas. El arquitecto que diseñó su estructura fue Juan Gómez de Mora, uno de los grandes del barroco madrileño, y aunque haya sufrido alguna que otra remodelación, siempre ha sido una de las construcciones religiosas más interesantes del municipio.

Su fundador, Bernardo de Sandoval y Rojas fue el gran protector de Cervantes por apoyar desde el minuto uno su calidad literaria.

Alcalá de Henares, una ciudad con historia y un foco incomparable de cultura del siglo de Oro...