Santiago de Chile, la capital del país andino, se ha convertido en la ciudad más segura y pujante de todo el continente sudamericano, gracias a una estabilidad social y política ganada tras casi dos décadas de una dictadura militar.
Situada en una zona habitada desde el siglo X a.C. por distintos pueblos, incluidos los incas, fue fundada en 1541 por el conquistador extremeño Pedro de Valdivia con el nombre de “Santiago del Nuevo Extremo”, en honor al patrón España y a su tierra natal.
A pesar de varias vicisitudes a lo largo de su extensa Historia – desde ataques indígenas a una terrible epidemia de viruela, pasando por varias inundaciones del río Mapocho, un devastador incendio que se cobró más de 2.000 almas, y frecuentes terremotos -, desde sus inicios no paró de crecer tanto en población como en importancia, y en la actualidad cuenta con más de 6 millones de habitantes y las principales instituciones del país.
Pasear por sus calles, que en muchos aspectos recuerdan a las de no pocas ciudades europeas, es hacerlo por una capital llena de vida y energía que se puede descubrir a través de sus principales comunas y barrios.
Santiago Centro
El corazón y zona más antigua de la ciudad se extiende entre la Plaza de Armas y el Cerro San Cristóbal – con su icónica Estatua de la Virgen María -. Aquí encontramos importantes edificios coloniales, como la Catedral Metropolitana, el Palacio Arzobispal, la Iglesia de San Francisco y la llamada Casa Colorada. Pero también otros edificios de bellísima factura y muy ligados a la Historia tanto de la ciudad como del país, tales como el Palacio de la Real Audiencia y Cajas Reales – actual sede del Museo Histórico Nacional – o el Correo Central.
No menos importantes son el Palacio de la Moneda – sede del Gobierno de la Nación -, el Palacio de Tribunales, la Biblioteca Nacional, o el Teatro Municipal de Santiago, además de numerosos e importantes museos, destacando el Museo Nacional de Bellas Artes.
Las calles del centro histórico están plagadas de restaurantes donde disfrutar de la mejor cocina local, incluidos los ubicados en el histórico Mercado Central.
Dos curiosidades que encontrarás en el suelo de la citada Plaza de Armas: una placa dorada que indica el Kilómetro Cero, y la tapa que cubre la Cápsula Bicentenario – una cápsula del tiempo con distintos objetos representativos de la cultura chilena, que fue enterrada en 2010 durante los actos de celebración del Bicentenario de la Independencia del país, y que se abrirá el año del Tricentenario -.
El Barrio Lastarria, surgido a partir de la Iglesia de la Verazcruz, pasa por ser el más cool de la ciudad, principalmente por un animado calendario cultural plagado de festivales – incluyendo el gastronómico “Ñam” – que complementa la importante oferta museística de la zona. En sus calles, plagadas de casonas de estilo belle époque del siglo XIX – entre las que destaca la Casa del Mulato Gil de Castro -, es habitual encontrar todo tipo de artistas callejeros.
Providencia
De la zona más antigua a la más nueva sin apenas despeinarnos.
Recibe este nombre por la avenida que lo atraviesa, donde se ubica uno de los iconos más visitados por los turistas que visitan Santiago de Chile: el centro comercial Mall Costanera Center con la Torre Gran Santiago, el rascacielos más alto de Sudamérica. Obra del famoso arquitecto argentino César Pelli (el autor de las Torres Petronas de Kuala Lumpur, entre otros edificios singulares), cuenta con 300 metros de altura. Las vistas desde el mirador Sky Costanera son insuperables y abarcan toda la ciudad.
Aquí se encuentran otros rascacielos icónicos, como la Torre Telefónica o la Torre Titanium, en el Distrito Financiero que recibe el sobrenombre de Barrio Sanhattan (acrónimo de Santiago y Manhattan).
Otros lugares de interés en la zona son La Chascona (antigua residencia del poeta Pablo Neruda), la Casa Lo Contador, la Casa de las Gárgolas, el Palacio Falabella, la Iglesia de los Santos Ángeles Custodios, la Iglesia de la Divina Providencia, y el Parque de las Esculturas (con una treintena de obras de reputados artistas nacionales).
Compartido con la vecina Comuna de Ñuñoa, el Barrio Santa Isabel es más conocido como “Barrio Italia”, por la importante comunidad italiana que en él se asentó. Incluso la Embajada de Italia se ubica aquí. Es una de las zonas favoritas de los foodies, por la cantidad de restaurantes de todo el mundo que encontramos en él. También por los amantes de las compras por sus numerosas tiendas de antigüedades y de diseño.
Las Condes
Se trata de la comuna comercial y financiera por antonomasia, elegida por las principales compañías tanto nacionales como internacionales para establecer sus oficinas centrales en el país. También aquí encontramos la mayor parte de las embajadas y consulados extranjeros en Chile.
Uno de los edificios más llamativos de la zona es la Torre Consistorial Municipalidad de Las Condes, obra del arquitecto chileno Cristián Undurraga. Sin embargo, el edificio más importante, por su bagaje histórico, es la Casona de Santa Rosa de Apoquindo (mediados del siglo XIX), que hoy alberga dos museos: la Colección Marc Keller y el Museo de la Chilenidad.
No debes perderte el Parque Los Dominicos, con la Iglesia de San Vicente Ferrer y el Pueblito de los Dominicos, un importante centro artesanal.
Dentro de los límites de esta comuna se encuentra el Salto de Apoquindo, una cascada a la que se accede por distintas rutas ideales para los amantes del trekking.
Recoleta
Esta comuna recibe su nombre de la Iglesia y Convento de la Recoleta Franciscana, declarada “Monumento Nacional”. Aunque quizás tenga más importancia la Iglesia La Viñita, ya que fue fundada en el siglo XVI y, por tanto, es la más antigua del país.
Compartido con la vecina Comuna de Providencia se encuentra el Barrio Bellavista, considerado el más bohemio de la ciudad tanto por sus numerosas galerías de arte como por los muchos intelectuales que lo eligieron para fijar su residencia. En él podrás sentirte como un auténtico santiaguino practicando dos de las costumbres más locales: “andar de carrete“ – ir de fiesta toda la noche – y “vitrinear“ – mirar escaparates – en la comercial Calle Pio Nono.
También merecen la pena una visita el Barrio de Patronato – que recuerda al madrileño Barrio de Lavapiés por la multiculturalidad de sus habitantes – y el Barrio de la Vega Central – famoso por sus tiendas de frutas y verduras, sobre todo en el pintoresco Mercado Tirso de Molina -.
Lo creas o no, existe algo llamado “necroturismo”, que se basa en la visita de cementerios que tienen especial valor histórico y/o artístico. Pues bien, los practicantes de esta modalidad turística tienen en Recoleta un emplazamiento único: el Cementerio General de Santiago. Entre sus casi 2 millones de tumbas y mausoleos encontramos las sepulturas de casi todos los Presidentes de la República, así como de numerosos chilenos ilustres – como Manuel Rodríguez (figura relevante para la Independencia chilena), Violeta Parra o Víctor Jara -. También alberga el Memorial del Detenido Desaparecido y del Ejecutado Político – dedicado a las víctimas de la dictadura militar -, el llamado Patio 29 – una zona usada durante la dictadura militar para enterrar clandestinamente los cuerpos de ejecutados políticos -, el Memorial por la Diversidad de Chile – que rinde honor a las víctimas chilenas de homofobia -, y el Mausoleo Trans – el único en Sudamérica dedicado a las personas transgénero -.
Como puedes ver, Santiago de Chile tiene mucho que ofrecer. Y si te parece poco – ten en cuenta que sólo te he hablado de algunos de los barrios de 4 de las 37 comunas que conforman la ciudad -, siempre puedes hacer una escapada a la bellísima ciudad de Valparaíso, cuyo centro histórico fue declarado “Patrimonio de la Humanidad” por la Unesco en 2003. Y el camino hasta allí atraviesa la región vinícola del Valle de Casablanca, plagado de bodegas y viñedos que se pueden visitar y donde degustar alguno de los reputados vinos chilenos.