Jávea

Situada al norte de la provincia de Alicante, justo en la punta más entrante de la costa este, se encuentra Jávea, todo un paraíso natural que combina playa y montaña en un clima muy especial.

En sus 25 kilómetros de costa tiene la mayor variedad de playas y calas de toda la provincia de Alicante: playas de arena, de grava o de roca, en las cuales se pueden practicar gran número de deportes acuáticos. Sus playas más destacadas son la Playa El Arenal y la Playa La Grava, muy diferentes entre sí pero con algo en común, su bandera azul como distintivo de calidad. La Playa del Arenal es la playa más conocida y frecuentada por su suave arena y sus aguas de poca profundidad. La Playa La Grava es de cantos rodados y se encuentra entre la desembocadura del río Gorgos y el puerto, siendo muy visitada por familias con niños. Si además de sol y baños tranquilos buscas otras actividades, puedes animarte con el submarinismo en la Playa Primer Montañar, una playa de roca arenisca con preciosos fondos marinos llenos de flora y fauna.

Aunque si lo que buscas es ser el verdadero protagonista de tus vacaciones y sentirte como un rey, acércate a los Baños de la Reina en la playa del Segundo Montañar, unos asientos de piedra hechos a mano que a día de hoy se siguen conservando en perfectas condiciones.

Entre sus kilómetros de costa y largas playas también hay lugar para pequeñas calas donde poder disfrutar de plácidos baños en las épocas de más aglomeración. Entre sus múltiples calas destacan la de la Granadella, situada entre abruptos acantilados, galardonada varios años como la mejor cala de España. Cala Blanca, una pequeña playa en forma de concha que además cuenta con uno de los miradores con más encanto de la localidad, desde el cual podemos divisar fondos marinos en los días más tranquilos gracias a la transparencia de sus aguas.

Pero Cala Blanca no es el único mirador. Jávea cuenta con una quincena de ellos desde donde podremos disfrutar de una impresionante panorámica de sus costas. Acércate al mirador de Los Molinos, desde donde podrás observar los antiguos molinos de la zona; al Cabo de San Antonio, desde donde podrás ver Jávea en su totalidad; o al mirador de la Cruz del Portixol, desde donde no solo podrás admirar desde una posición privilegiada la Isla del Portixol, sino que además podrás comenzar a recorrer varias rutas que te llevarán a calas secretas y tranquilas. El mejor consejo que podemos dar es hacer la ruta de los miradores desde el Cabo de San Antonio hasta el Cabo de la Nao para descubrir tanto las vistas de las que se puede disfrutar, como los increíbles lugares en los que se encuentran ubicados.

Junto a la costa y a los pies de la montaña, encontraremos el casco histórico de Jávea, situado a pocos kilómetros de la zona más turística de la localidad. Paseando por sus calles de adoquines y fachadas blancas llegaremos a lo más profundo de la historia de Jávea, localidad nacida durante el reinado de Jaime II a finales del siglo XIII y principios del XIV. Los frecuentes ataques de los piratas hicieron que la ciudad se instalara en una zona más elevada que la costa, desde donde pudieran disfrutar de una mejor posición defensiva y se levantara un recinto amurallado. Hoy en día el recinto que acogía la antigua muralla forma el Centro Histórico de Jávea.

No desaproveches la oportunidad de disfrutar de un tranquilo paseo por la zona más próxima a la costa. Allí encontrarás la Iglesia de Nuestra Señora del Loreto, considerada uno de los tres mejores templos modernos. La iglesia representa la barca de San Pedro El Pescador y fue galardonada con el Premio Nacional de Arquitectura en 1969. En sus proximidades encontrarás también un bonito paseo marítimo, una pequeña playa urbana, terrazas y heladerías para disfrutar del entorno y restaurantes junto a la lonja donde degustar las mejores propuestas gastronómicas propias de la zona. Además, allí mismo encontrarás el acceso al viejo puerto pesquero y deportivo, por cuyos diques podrás pasear mientras ves el ajetreo de las embarcaciones. Anímate a caminar por él y terminarás encontrando algunas calas escondidas y hasta un restaurante desde donde embelesarte con las vistas y la brisa que otrora sedujeran al mismísimo Sorolla.