Panteón de Agripa

Considerado como uno de los monumentos mejor conservados de la Antigua Roma, el Panteón de Agripa convive en perfecta armonía con los edificios más modernos que lo rodean. Uno de los grandes logros de la arquitectura a lo largo de la Historia, en la ciudad se le conoce cariñosamente como “la Rotonda”, nombre que recibe también la plaza donde se encuentra.

El edificio que ha llegado hasta nuestros días fue construido hace 1.900 años en tiempos de Adriano por Apolodoro de Damasco - dato no del todo seguro -, su conservación fue posible en parte gracias a que fue el primer edificio clásico en convertirse en iglesia. De esta manera, el antiguo templo dedicado “a todos los dioses de Roma” pasó a ser la Iglesia de Santa María de los Mártires por mandato del Papa Bonifacio IV.

Este grandioso edificio de planta circular mide lo mismo de alto que de diámetro, exactamente 43,30 metros. Es curioso que la cúpula sea incluso más grande que la que hay en la Basílica de San Pedro, y cuenta con una particularidad que la hace diferente: tiene un óculo de ocho metros que permite que entre la luz natural (y la lluvia) y pueda iluminarse todo el edificio y a la vez no colapsarse. Dicha solución arquitectónica sirvió como inspiración para las grandes cúpulas construidas a partir del Renacimiento. Fueron varios los artistas que estudiaron el edificio con ahínco, como Filippo Brunelleschi - constructor de la cúpula de la catedral florentina - o Bramante - responsable de San Pietro in Montorio -. Incluso el mismísimo Miguel Ángel, que llegó a afirmar del Panteón que había sido “creado por los dioses y no por los humanos”, lo estudió para la construcción de la famosa Basílica de San Pedro. Pero además, su influencia traspasó fronteras llegando a Inglaterra y América del Norte, sirviendo de modelo en la construcción de salas cívicas, universidades y bibliotecas que utilizan la forma de cúpula con pórtico.

La fachada rectangular, que impide que la cúpula sea totalmente visible, está formada por 16 columnas de 14 metros de altura sobre las que reza la siguiente inscripción:

"M.AGRIPPA.L.F.COS.TERTIVM.FECIT", que significa “Marco Agripa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, lo hizo".

Y es que fue Agripa quien levantó el primer Panteón en el año 27 a.C., que fue arrasado por un incendio en el año 80 d.C. Ya con Adriano, cien años después, volvió a construirse con su característica planta circular, que simboliza el acogimiento de los dioses. 

A día de hoy sigue manteniendo su uso religioso, además de ser Panteón Real. Así, en su interior encontramos las tumbas de grandes reyes de Italia, así como los restos del pintor y arquitecto renacentista Rafael. Su entrada es totalmente gratuita.

El Panteón tiene un enclave privilegiado, muy cerca de otros lugares de gran interés como la Piazza Navona o la Iglesia de San Ignacio. Además, está rodeado de cafés y restaurantes donde disfrutar de un buen descanso mientras te deleitas contemplando esta gran estructura de tiempos pretéritos.

Panteón de Agripa (Piazza della Rotonda)

En metro, estación “Barberini” (línea A). En bus, líneas 30, 70, 81, 87, 130F, 492 y 628.