Plaza Navona

La Piazza Navona es otra de las paradas obligadas cuando visitamos Roma. Gracias a su continuo movimiento y su colorida decoración, es uno de los lugares preferidos tanto de visitantes como de locales. Considerado como un museo barroco al aire libre, esconde una historia viva llena de anécdotas y joyas arquitectónicas que no podemos perdernos.

Para conocer el origen de esta plaza debemos remontarnos al Imperio Romano, cuando en el emplazamiento que hoy ocupa se encontraba el Estadio Domiciano, dedicado a juegos y espectáculos y con una capacidad para 30.000 personas. De hecho, podrás descubrir ciertos restos arqueológico de la antigua construcción en la zona norte de la plaza. Su forma alargada se debe precisamente a la planta que tenía dicho estadio. Los años fueron pasando y el lugar adquirió diferentes aspectos, como el de un mercado durante la Edad Media. El uso y aspecto  actual de la plaza se lo debemos al Papa Inocencio X, quien disponía de un palacio en la zona y decidió que el emplazamiento se convirtiera en la plaza más espectacular de la ciudad.

Lo más característico de la Plaza Navona son sus tres fuentes y los diferentes edificios que le dan vida:

La primera y más importante de las fuentes es la Fuente de los Ríos. Fue realizada por Gian Lorenzo Bernini y está dedicada a los cuatro ríos más relevantes de la época, el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata, cada uno simbolizando a un continente diferente. Sirve, además, de pedestal a un gran obelisco egipcio que vigila la plaza, situado en el centro de la misma.

Justo enfrente se encuentra la Iglesia de Santa Agnese in Agone, antigua capilla de la familia del Papa. Fue edificada sobre el sitio en el que, según la leyenda, Santa Inés fue obligada a despojarse de sus ropas y, milagrosamente, le crecieron los cabellos para cubrir su desnudez. Construida por Borromini, la decoración interior corresponde al mismísimo Bernini. Y a su lado, el Palazzo Pamphili, actual Embajada de Brasil, pero que fue residencia de Donna Olimpia, cuñada del Papa Inocencio X. Tanto la fuente como estos dos edificios son tres joyas de la época barroca.

En los extremos de la plaza encontramos las otras dos fuentes: La Fuente del Moro - diseñada por Giacomo della Porta en 1575 (aunque fue Bernini quien añadió la figura principal) y que representa a un africano sobre una concha, rodeado por cuatro tritones y luchando con un delfín - y la Fuente de Neptuno - también diseñada por Della Porta en el siglo XVI, aunque las estatuas principales fueron añadidas más tarde, en el siglo XIX, por Della Bitta -.

En la actualidad, durante la época navideña la Plaza Navona se llena de colores gracias al mercadillo que se instala en ella. Dulces, figuras navideñas, globos, peluches, artesanía variada y algodón de azúcar son los principales atractivos de este mercado al aire libre, y que se mantiene hasta el descenso de la “Befana” (bruja) la noche del 5 al 6 de enero.

Déjate envolver por el vivir y sentir romano, los pequeños cafés que la rodean, la historia viva de la ciudad y los artistas callejeros dispuestos a pintar tu retrato mientras paseas por la zona.

- Plaza Navona (Piazza Navona)

En metro, estación “Barberini” (línea A). En bus, líneas 30, 70, 81, 87, 130F, 492 y 628.