Parques en Madrid

Madrid puede presumir de ser una de las ciudades más “verdes” del mundo. No en vano, sólo Tokio cuenta en sus calles con más árboles que la capital española. ¡Y Tokio es casi 4 veces más grande! Cada madrileño “toca” a unos 70 m² de zonas verdes, mientras que la media europea está en apenas 20 m².

Parques y jardines históricos, grandes espacios en los que perderse y purificar los pulmones, y parques de nueva creación. Pero también pequeños espacios en cada barrio que acercan a cada madrileño un espacio de esparcimiento y relajación. Conozcamos algunos de todos ellos.

De entre los Parques Históricos, sin duda el más conocido e importante es El Retiro. Constituido como una finca de caza y de recreo para el Rey Felipe IV en el siglo XVII, algo más de un siglo después fue abierto al público por Carlos III, conocido popularmente como “el mejor Alcalde de Madrid”. Este remanso de paz en plena ciudad cuenta con casi 20.000 árboles de casi 200 especies distintas. Cuenta también con varios elementos muy relevantes, como su Estanque Grande con el Monumento a Alfonso XII, el Palacio de Cristal - ideal al atardecer -, el Palacio de Velázquez, la Casa de Vacas, el Real Observatorio Astronómico, la Fuente de la Alcachofa, la Fuente del Ángel Caído, la Rosaleda o el Bosque del Recuerdo - en homenaje a las víctimas de los atentados del 11M -. El Retiro acoge cada año la Feria del Libro, una de las más importantes del mundo.

Casi al mismo tiempo que El Retiro se abría al público fue fundado el Real Jardín Botánico, originalmente cerca del Río Manzanares, pero rápidamente trasladado a su emplazamiento actual por Carlos III. Con especies arbóreas europeas, del área del Pacífico y de América, muchos de sus ejemplares llegaron tras las grandes expediciones científicas llevadas a cabo en los siglos XVIII y XIX a instancias de la Corona. En primavera por la floración, y en otoño por la variedad de colores, son quizás las mejores épocas para visitarlo.

También tienen categoría de Parque Histórico dos espacios menos conocidos, pero no por ello menos importantes: El Capricho y La Quinta de los  Molinos. Ambos tienen en común haber sido jardines privados de sendas familias aristocráticas - la Duquesa de Osuna y el Conde de Torre Arias - que fueron cedidos a la ciudad para su uso y disfrute por parte de los ciudadanos. Pero mientras el primero es un jardín del Romanticismo (el único de la ciudad de este estilo), el segundo tiene un marcado carácter mediterráneo (es especialmente relevante durante la floración de sus numerosos almendros).

Los grandes “pulmones verdes” de Madrid se reparten por los cuatro puntos cardinales:

- Al Norte se encuentra El Pardo que, con sus 16.000 hectáreas (aunque sólo una cuarta parte se encuentra dentro del término municipal de la ciudad), es el más grande de todos. Integrado dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, está considerado como uno de los bosques mediterráneos mejor conservados de Europa. Cuenta con una importante flora y fauna (es un excelente lugar donde disfrutar de la berrea de los ciervos), así como un importante patrimonio histórico-artístico, destacando el Palacio Real de El Pardo.

- Al Sur encontramos el Parque Lineal del Manzanares, que se extiende a lo largo de 540 hectáreas. El tramo perteneciente a la ciudad de Madrid tiene más carácter de parque de ocio, y en él se encuentra La Caja Mágica. El resto, de carácter más natural, enlaza con el Parque Regional del Sureste y es rico en vestigios históricos que comprenden desde la época de los Neandentales hasta la Guerra Civil, e incluyendo restos de época romana.

- En el Este “reina” el Parque Juan Carlos I, con 160 hectáreas. Situado muy cerca de los recintos feriales de la ciudad, en él destaca un Auditorio al aire libre, casi una veintena de esculturas abstractas de artistas internacionales, y el llamado Jardín de las Tres Culturas, que representa a la convivencia pacífica entre cristianos, judíos y musulmanes.

Como hemos dejado el Oeste para el final, vamos a nombrar dos grandes parques. La Casa de Campo, el mayor parque de los que se ubican íntegramente en la ciudad (casi 1.725 hectáreas, mayor que Central Park en Nueva York o Hyde Park en Londres). Al igual que El Retiro, originalmente fue un coto de caza real asentado en una zona en la que se han encontrado restos desde el Paleolítico. Rico en flora y fauna, alberga las instalaciones del Zoo Aquarium y del Parque de Atracciones de Madrid, así como otros elementos característicos como su Estanque, el Palacio de los Vargas o una de las terminales del Teleférico.

El Parque del Oeste, por su parte, ocupa casi 100 hectáreas sobre lo que hasta principios del siglo XX fue el principal vertedero de Madrid. Además de varios búnkeres de la Guerra Civil, cuenta con una magnífica Rosaleda (en la que cada año se celebra un concurso internacional de rosas) y un auténtico templo egipcio, el Templo de Debod (regalo del Gobierno de Egipto a España por su ayuda para salvar los templos de Nubia, incluyendo el de Abu Simbel, por la construcción de la Presa de Asuán).

Los últimos parques en unirse al extenso catálogo de espacios verdes de la ciudad son dos:

- Madrid Río surge tras el soterramiento del tramo oeste del anillo de circunvalación M30, sustituyendo los carriles que encajonaban el cauce del río, y por el que a diario circulaban cientos de miles de vehículos, por un parque lineal lleno de zonas infantiles, instalaciones deportivas, carril bici, bares y zonas de descanso. A los tradicionales puentes existentes (como el Puente del Rey, el Puente de Segovia o el Puente de Toledo) se han unido otros que se han convertido en iconos del parque, como el Puente de Arganzuela (obra del arquitecto francés Dominique Perrault) o los Puentes del Invernadero y del Matadero (con unos mosaicos hechos a partir de fotografías de 50  vecinos de ambas orillas del río, obra del artista madrileño Daniel Canogar). ¡No te pierdas las vistas desde el Mirador de la Huerta de la Partida!

- El Parque Forestal Felipe VI es tan extenso (más de 450 hectáreas) que casi supera en tamaño a Central Park (Nueva York) y Hyde Park (Londres) juntos. Regado en su totalidad con agua reciclada, se distribuye a modo de árbol en el que cada “rama” (zona) representa un tipo de bosque de la península ibérica.

Lejos de los circuitos turísticos, y más pensados para el deleite de los vecinos, casi cada barrio madrileño cuenta con su propio parque, por lo que es imposible nombrarlos todos. Podemos destacar el Parque de Berlín, en el que se conserva un trozo del Muro; la Dehesa de la Villa, que fue donada a la ciudad por el Rey Alfonso VII de León en 1152 para pastoreo; el Parque de Enrique Tierno Galván, donde se ubica el Planetario de Madrid; el Jardín del Príncipe de Anglona, un auténtico oasis en pleno centro de la ciudad; el Parque de Santander, muy frecuentado en verano por sus fuentes de chorros; o el Cerro del Tío Pío, comúnmente conocido como “Parque de las Siete Tetas”, y que ofrece unas vistas incomparables de la ciudad.

- Cerro del Tío Pío (C/ Benjamín Palencia, 2)